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Presentación del libro “Entre el amor y la tempestad: Navegando las crisis del enamoramiento, noviazgo o matrimonio”



Aníbal Mera Rodas, psicólogo y educador, doctor en Educación, especializado en asesoría familiar y terapeuta de parejas enfocado en el campo de las crisis conyugales y conflictos familiares, junto a su esposa, Miriam Montenegro Fernández, abogada, doctora en Educación, con segunda especialidad en Investigación y Gestión Educativa y licenciada en lengua y literatura, con amplia trayectoria en el sector educativo, presentarán el libro “Entre el amor y la tempestad: Navegando las crisis del enamoramiento, noviazgo o matrimonio” y brindó, para Antesala, una entrevista muy interesante al respecto:


Cuéntenos, por favor, ¿de dónde surge la intención de escribir este libro?


Tanto de mi quehacer profesional como educador, ocupando el cargo de Director de la Oficina de Formación y Familia en el colegio en el que laboro, así como el de psicólogo, dedicado también a la consulta particular, asesorando familias y parejas. Es en el trabajo diario, en el que me fui encontrando con las necesidades que tienen las familias de saber afrontar las crisis que se van presentando con el tiempo.


Al atravesar una crisis, las parejas pueden presentar poca resiliencia para saber sobrellevarla. Las más jóvenes, por ejemplo, suelen iniciar el matrimonio con ideas pre fabricadas. Como dicen, “Muchas carreras se han perdido antes de haber corrido”, así también en el matrimonio, les sucede algo parecido. El matrimonio puede estar entrando en crisis desde que se comienzan a manifestar las concepciones distintas que tienen tanto el varón, como la mujer. Surge, entonces, la necesidad de ayudar a las parejas a mirar las crisis desde una perspectiva distinta y no “ahogarse en un vaso de agua”.


La idea es conocer, más o menos, por dónde viene una crisis para prever y prepararse como pareja. Es decir, “si la persona sabe que el ladrón va a entrar a su casa en dos días, se prepara para no permitirlo”. Entonces, si yo sé que algunas crisis vendrán en mi matrimonio, pues me preparo. ¿Cómo?, justamente en el libro abordamos distintas crisis que afectan a las parejas en general. La idea es darles alternativas que ayuden tanto a enamorados, novios o matrimonios.


¿Cuáles son las problemáticas que ve más presentes en la asesoría de parejas en crisis y en el trabajo con padres de familia dentro de una institución educativa?


En principio, encuentro que hay incomprensión entre el varón y la mujer. Yo digo que es normal, ya se ha abordado el tema en libros como “¿Qué hago si mi media naranja es toronja?” o “Los hombres son de Marte y las mujeres son de Venus” y claro, la media naranja no existe, el problema se da cuando “la naranja le exige a la toronja un comportamiento como naranja” y eso es imposible - o viceversa - No se puede dar. En el matrimonio, es de gran ayuda entender que “la naranja seguirá siendo naranja y la toronja seguirá siendo toronja” y que “ambos aportarán sus jugos”, cada uno el que le corresponde y así saldrá “un jugo agridulce que será muy delicioso”.


El respeto a las libertades individuales es fundamental para evitar estas crisis de exigir a la otra persona un comportamiento que simplemente no puede darse porque un varón es varón y una mujer es mujer. Yo, como varón, claro que puedo hacer algunas cosas que hace una mujer, pero las haré a mi estilo de varón que soy. Esta será una problemática presente en el enamoramiento, el noviazgo y el matrimonio. 


Otra problemática importante que abordamos, es la inmadurez. La inmadurez puede venir tanto por parte de él, como de ella y les lleva a mirar las cosas desde otra perspectiva, entonces hay que encontrar alternativas para resolver las complicaciones.


También, puede darse una infidelidad. Varias parejas llegan a consulta por este tema. Entonces, hemos querido abordar el cómo vivir el matrimonio después de una infidelidad, ¿se puede o no se puede? Sí, es una situación muy difícil, pero se debe observar lo que puede aportar cada uno, así como trabajar en entender que en el matrimonio se casan con una persona, no con un ángel. Entonces, se tienen que poner los medios para evitar este tipo de situaciones, pues se pueden dar. Hay situaciones como esta, que son necesarias afrontar.


Entonces, ¿en el libro se abordan crisis que se presentan también en parejas de jóvenes? ¿Qué tipo de crisis atraviesan estas parejas y qué recomendaría a quienes -como los docentes- tienen responsabilidad en la formación de los más jóvenes?


Exactamente, quisimos dar unas pinceladas que ayuden también a parejas jóvenes. Cosas que pueden afectar mucho en el noviazgo y quizá ya desde el enamoramiento, son la sobrecarga emocional y la dependencia. Esto surge desde los estilos de crianza aplicados a cada uno. Muchas veces los jóvenes no están preparados para involucrarse en una relación sentimental.


El trabajo con los matrimonios jóvenes es importantísimo, se pueden prever muchas cosas. Y es que, en Perú, sobre todo en cuanto al matrimonio, la gente no prevé. Generalmente llegan a asesoría particular cuando ya están en crisis total.


Lo que yo recomiendo: Primero, no perder nunca de vista esa ilusión con que se conocieron, ese trato cordial y respetuoso tiene que permanecer. Segundo, tener establecidos principios fundamentales entre los dos, que sean como el punto de intersección. Mantener esos principios éticos, morales, de doctrina, de religión, de fe, que serán fruto de los dos. Y tercero, conversar siempre. No dejar pasar los problemas. A veces las parejas piensan que es mejor no discutir los problemas para evitar pelear y efectivamente, quizá, lo mejor sea no discutirlo en el momento, pero cuando ya les pase un poco el furor, sí, conversar, lleguen a acuerdos. No se puede dejar de conversar.


Al respecto, algunos dicen que no hay que discutir delante de los hijos y fíjense que, como psicólogo, recomiendo que sí. No pelear, ni agredirse, pero sí discutir. Lo más importante de dejar que los niños vean la discusión, es que vean también la reconquista, que vean el perdón, la disculpa, el “me equivoqué, lo siento”, reconocer, pedir disculpas, el “te prometo que voy a luchar en esto”. Eso es fundamental, fenomenal, porque están viendo cómo se reconstituyen sus padres después de una rencilla, cómo se perdonan y es que el matrimonio es así. Si los niños nunca ven problema, nunca ven discusión, nunca ven nada, pueden ir formando también una idea equivocada del matrimonio y la familia y a los hijos hay que formarlos bien. Con mi esposa, tenemos un primer libro que se llama “Amor, estoy embarazada” y justamente habla de cómo educar a los hijos desde el vientre y cómo los dos, papá y mamá, contribuyen en formar a los hijos para el matrimonio.


Yo estoy segurísimo que cuando mis hijos tengan esposa, le llevarán flores o le harán detalles porque me han visto. Siempre les digo a las parejas, sobre todo cuando tienen hijos pequeños, que es importante que los niños los acompañen, “mira, vamos a comprarle esto a su mamá”, “vamos a comprarle flores a su mamá”, “vamos a sorprender a mamá” y hacerlos partícipes de la sorpresa. Mis hijos nos han visto hacer esto y también discutir y pedir perdón. Que ellos miren la reconciliación, hace que vean una relación más natural.


Muchos hablan de un cambio cultural o de perspectivas sobre la familia. Como profesional en este campo, ¿Cuál es su visión al respecto? ¿El libro “Entre el amor y la tempestad: Navegando las crisis del enamoramiento, noviazgo o matrimonio” tiene alguna perspectiva en específico sobre la familia?


Este libro apunta a formar un matrimonio sólido, un matrimonio para toda la vida, un matrimonio de respeto, de estar pendientes de la formación de los hijos, un matrimonio espiritual, un matrimonio muy formal, como debe trabajarse. No por el hecho de que la sociedad haya cambiado, o que el matrimonio y la familia estén en crisis, vamos a ‘tirar la toalla’, siempre hay formas de decir que el matrimonio vale la pena, que el amor vale la pena, que el amor existe y se tiene que trabajar.


Pienso que, incluso se debe implementar un curso en la universidad en el que se trabajen -desde la antropología- el amor, la afectividad y la sexualidad, pues esta etapa es en la que se va formando la familia. También, porque así puede anidarse una visión más completa. Algunos entran al matrimonio con la mentalidad del “vamos a ver cómo nos va y si nos va mal, nos separamos”. No puedes ir con esa mentalidad ya perdedora o pensando en “qué tal si vamos conviviendo, a ver cómo nos va” Yo recomiendo que no, pues el matrimonio nunca es una línea recta, no es una función lineal, como para pensar que si te va mal al comienzo, te irá mal siempre o al revés, por lo tanto, eso de “a ver cómo nos va” no funciona, no es cierto. El matrimonio va a ir bien en medida en que cada quien ponga lo suyo para que vaya bien y eso es una decisión de las personas, no es un estado emocional. El amor no es una emoción, ni un sentimiento, es una decisión de la voluntad y la inteligencia de la persona, de sus estructuras más altas. Yo decido querer hasta que la muerte nos separe, sabiendo que en el transcurso del tiempo, esta decisión tendrá sus por menores y lógico, a veces habrá circunstancias en las que no te dará ganas ni de llegar a tu casa porque ha surgido alguna casuística complicada, pero eso no quiere decir que dejaste de amar.


Justamente, el libro va aportando ayudas sobre esta y otras crisis. Hay una, que tiene mucho que ver con el estilo de crianza que recibimos. Por ejemplo, si se te ha formado como una persona egoísta, que siempre ha sido el centro de atención, probablemente dentro del matrimonio se manifiesten conductas que hagan pensar al otro que sólo piensas en ti y se sienta utilizado. Algunas personas no se dan cuenta de esto, sino hasta la convivencia, que utilizan al otro para ser felices. Entonces, ocurren diversas casuísticas, como la violencia, por ejemplo. Hay cosas que no las prevés, te las encuentras ahí.


El matrimonio no está en crisis, lo que está en crisis es la persona. Si la persona está sana, se recupera y puede establecer vínculos. Si la persona no está sana, -y de hecho, todos tenemos heridas, sobre todo ahora, con los estilos de familia que estamos adaptando- ¿Dónde se van a manifestar esas heridas? Se manifiestan cuando la persona se relaciona, ¿y la solución será separarse y unirse a alguien más? No. Es que el problema no es de la relación, es de la persona. Cuando esta persona se relacione, volverá a generar el problema. Por eso, primero hay que curar a la persona y luego ya podrá establecer relaciones.


Hablando de relaciones interpersonales y siendo este, un tema de interés actual en las diferentes atmósferas de la sociedad ¿Cuál es el aporte social que puede realizar este libro? 


Bueno, uno se pregunta muchas veces qué sociedad van a encontrar nuestros hijos. Yo animo a preguntarnos más bien ¿Qué hijos le estamos dejando a la sociedad? porque la familia es el núcleo fundamental donde el ser social se va a trabajar a través de la formación. Las personas vamos cambiando y vamos mejorando, hay que saber conocernos y tener humildad si nos equivocamos pero, ¿Dónde se aprende eso?, en la familia, desde la crianza.


He ido relacionando la psicología con mi labor docente y mi experiencia como esposo y padre. Tenemos 30 años de casados y 3 hijos ya grandes. Al ser un libro no muy extenso -pues tiene alrededor de 140 páginas- creo que es ligero de leer y puede ayudar a cualquiera que lo adquiera.


Acerca del libro…


El libro “Entre el amor y la tempestad: Navegando las crisis del enamoramiento, noviazgo o matrimonio” se terminó de escribir a fines del año pasado y quisimos esperar a terminar las vacaciones de verano para presentarlo. 


Junto a Miriam, mi esposa y coautora del libro, haremos la presentación oficial el viernes 5 de abril a las 7:00pm en el Centro Cultural Ochocalo, en Chiclayo (Perú). El lugar fue escogido especialmente, lo dirigen unos esposos que se han involucrado mucho en el arte y la familia, así que vamos por el mismo camino.


La presentación será dirigida por la Dra. Marisol Calonge, Decana del Colegio de Psicólogos de Lambayeque, a quien agradecemos aceptar tan gentilmente la invitación.


Si bien es cierto, es un libro diseñado para parejas, pero yo lo recomiendo también para la labor docente, pues los docentes debemos ir por delante y es muy interesante obtener bases como esta para la formación de personas. Es una lectura que se puede trabajar de diversas formas, en clubes, libro-foros, escuelas para padres, discusión entre docentes, pautas de tutoría, etc.


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