Frids Gonzales, docente del área de Ciencias Sociales en el curso de Desarrollo Personal Ciudadanía y Cívica, nos comenta sobre la importancia de revalorizar la perspectiva del adolescente hacia el docente, como una oportunidad para mejorar la relación entre ambos y cumplir con los objetivos de todo educador.
Cualquier docente de Educación Básica Regular entiende con claridad que la relación con los estudiantes es fundamental en su desarrollo integral, teniendo como puntos clave el apoyo y la orientación, donde los docentes desempeñamos un papel crucial como mentores y guías, brindando apoyo emocional, académico y personal a los estudiantes, ayudándolos a enfrentar desafíos y a desarrollar habilidades para la vida.
En ese sentido, Rivas ,L. (2023) habla de transformar la educación hacia la búsqueda del reconocimiento del otro para comprender e indagar las formas de alteridad u otredad presentes en la relación docente - estudiante, con el objetivo de mejorar la calidad de la interacción en el ámbito educativo y promover una relación más empática, respetuosa y comprensiva entre docentes y estudiantes. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿Cuán positiva es nuestra interacción con nuestros estudiantes? ¿Qué hacer con aquellos estudiantes con los que nos cuesta conectar por diversos motivos? ¿Qué es lo que piensan ellos de nosotros? ¿Cómo aplicar el principio de alteridad y lograr que ellos lo hagan también?
La alteridad es la capacidad de ponerse en el lugar del otro, comprender sus perspectivas, necesidades y emociones, y establecer una relación basada en la empatía y el respeto mutuo. En el ámbito educativo, la alteridad se relaciona con la capacidad de los docentes y estudiantes de reconocer la diversidad, valorar las diferencias individuales y promover un ambiente de inclusión y comprensión en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Dicho esto: ¿Qué es lo que debemos comprender de los adolescentes difíciles? y ¿Qué es lo que ellos deben comprender de nosotros?.
Cada adolescente es una entidad llena de cambios físicos, cognitivos, emocionales y sobre todo sociales. Obledo, H. (2021) pone énfasis en lo fundamental de conocer a los adolescentes en la práctica docente porque permite comprender sus necesidades, intereses, cambios emocionales y psicológicos propios de esta etapa de desarrollo. Al conocer a los adolescentes, los docentes pueden adaptar sus estrategias de enseñanza, establecer una comunicación efectiva, fomentar un ambiente de confianza y empatía, y promover un aprendizaje significativo. Además, al comprender la adolescencia, los docentes pueden identificar factores individuales, familiares y sociales que influyen en el proceso educativo de los estudiantes, lo que les proporciona herramientas para mejorar su labor en el aula. Conocer a los adolescentes también ayuda a evitar la estandarización en la evaluación y a personalizar el proceso de enseñanza, reconociendo las diferencias y particularidades de cada alumno.
Nuestra mirada adulta de esta relación suele ser vertical, aunque con la empatía que caracteriza a nuestra labor. Sin embargo, ¿Qué hay de lo que entiende un adolescente sobre la relación con sus profesores? En esta búsqueda, Maza, (2014) presenta algunos de los retos que enfrenta la educación en una sociedad posmoderna en la educación superior, realidad que no difiere mucho con la situación de la EBR en el Perú, sobre todo en el ciclo VII; además de algunas de las presiones y crisis que enfrentan los estudiantes; presenta también el juicio de valor que hacen los estudiantes sobre sus profesores y algunas propuestas para fortalecer la comunicación entre ellos.
Desde este enfoque presentamos algunas de las situaciones en las que un adolescente navega antes, durante y después de entrar a un aula en nuestra sociedad son:
El consumismo y la búsqueda de símbolos de estatus.
La subestimación del conocimiento y las habilidades profesionales.
La escasez de tiempo y atención debido a la sobreexposición a estímulos visuales y auditivos.
El incremento de la participación laboral femenina fuera del hogar (teniendo en cuenta el importante rol de la madre en la sociedad peruana)
El crecimiento de las familias monoparentales y la incidencia de la violencia doméstica.
La brecha generacional y la falta de comunicación interpersonal con sus padres.
Las limitaciones económicas.
En este contexto, es que los maestros recibimos a diario a los adolescentes en las aulas. Cabe preguntarnos. ¿Cuál de estas experiencias podemos abordar viendo en retrospectiva nuestra propia etapa como adolescentes? ¿Cómo nos hubiera gustado que nos reciban, traten y eduquen desde aquella realidad? ¿Somos el tipo de maestro, que nos hubiera gustado tener? y ¿Qué tan lejos estamos de serlo?. En lo personal, como estudiante esperé apoyo emocional y la comprensión en momentos difíciles, dedicación y tiempo, ejemplo de seriedad y respeto, la motivación para la lectura, la investigación y el respeto por el campo de estudio, así como la transmisión de valores y análisis de la realidad que van más allá del simple conocimiento académico. No intento decir que mi experiencia educativa secundaria ha sido un desastre, sino más bien intento ponerme en los zapatos de aquel que yo mismo veo entrar por la puerta del aula a diario.
Considero que nuestro deber como educadores es abordar nuestra labor educativa, primero, desde nuestra realidad adolescente (con las diferencias generacionales del caso) para poder entender de alguna manera las actitudes y emociones de quienes están frente a nosotros, esperando un error o una palabra de aliento, de quienes claman en silencio atención o buscan desarrollar su potencial oculto, de quienes nos ven como ejemplo a seguir o como figura repetida de su experiencia en casa; y segundo, desde nuestra realidad adulta donde hoy más que nunca nos hace falta replantear nuestra praxis basándonos en las preguntas expuestas líneas arriba y sobre todo realizar nuestra labor, desde una mirada reflexiva, curiosa y expectante: desde una mirada adolescente.
Sobre el autor:
Frids Gonzales Rimachi es licenciado en educación por la UNMSM, docente de secundaria del área de Ciencias Sociales en el curso de Desarrollo Personal Ciudadanía y Cívica en el colegio Nuestra Señora del Carmen-Carmelitas y traductor y revisor de artículos de la revista científica MUJERES Y POLÍTICAS PÚBLICAS del Instituto de Investigación de la Mujer de la URP . Estudiante de maestría en Docencia y Gestión Universitaria en la UTP, con diplomados en Historia Universal en la UDP, y Metodología de la Enseñanza de las Ciencias Sociales en la Universidad SLG de Ica. Certificación Internacional de suficiencia del idioma inglés en el nivel C1 del CEFR y Educador Certificado de Google Nivel 2.
Comments