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Hoy día los jóvenes necesitan ejemplos

Entrevista a Miguel Ferré, miembro del Consejo Nacional de Educación y cofundador del PAD.


En primer lugar, ¿podría contarnos un poco más de usted?


Mi vida tiene dos etapas: una en España y otra en Perú. En España, incursioné en el campo de la educación porque ayudé a fundar un colegio en Sevilla, donde incluso fui director. Después me vine al Perú y desde entonces he estado más involucrado en la enseñanza superior, porque trabajé en la Universidad de Piura. Era el administrador de la universidad, y además, era profesor de la carrera de Administración de Empresas.


Más adelante, con otras personas empezamos en el año 1977 programas para empresarios en Piura. En el año 79 empezamos el PAD, Programa de Dirección, teníamos un programa de ejecutivos de muy alto nivel que después se fue ampliando. El nombre PAD quedó, pero ahora hay muchos otros programas y maestrías. Yo he sido director unos cuantos años y ahora soy profesor emérito. También estoy en otras actividades como en programas para comunidades campesinas o el Programa de Realidad Nacional.


Ha tenido experiencia en la educación escolar en Sevilla y conoce la educación superior. A grandes rasgos, ¿cómo define la educación?


Educar es intentar extraer de una persona lo que ya tiene dentro. O sea, diría que hay dos formas de interactuar entre el educador y el educando. No podría ser el atiborrar de temas de afuera para adentro, donde aparece mucho la memorización de conceptos. Yo creo que se trata de extraer lo que uno ya tiene dentro hacia fuera. Para eso hay muchas técnicas y métodos de extraer del niño o del adolescente.


En lo personal, diría que lo más importante es que se establezca una relación afectiva en la que el profesor busque realmente sacar lo mejor del alumno. Hoy los jóvenes necesitan ejemplos. Necesitan alguien del que digan: “Mira este señor, me gustaría llegar a ser como él”. Por eso es clave que el profesor sea alguien que tenga virtudes. Si no las tiene o si pretende transmitir algo que él realmente no vive, se nota.


Eso también me pasa con la gente mayor, con chicos de maestría de 25 años o empresarios de 40 años. En mi caso, procuro ser absolutamente coherente entre lo que digo, pienso y hago. Yo intento que la coherencia de vida se transmita en la relación con quienes tienen que aprender de lo que yo predico. No debo ser un transmisor de conocimientos, sino que debo ser un ejemplo de vida.


¿Qué consejo daría a los docentes para ser verdaderos ejemplos de coherencia y que su acción no se quede en meras palabras sino que lleve al “ser”?


Muchas veces se habla de mejorar la educación. Para lograrlo, hay que procurar que existan aulas en óptimas condiciones, que tengan computadora, etc. Pero, sobre todo, hay que mejorar la calidad de los profesores. ¿Y cómo se hace eso? Con unas buenas escuelas de formación para profesores donde se les haga ver que lo primero es su mejora personal y después puedan transmitirlo con su ejemplo.


Además, para explicarle a una persona cómo ser generosa o servicial, es necesario que antes tú vivas esos valores. Yo diría, incluso, que eso que quieres enseñar salga de manera natural. Es decir, que si yo soy generoso, cuando actúe lo haré con generosidad. Esa es la naturalidad de la persona que tiene esa cualidad o esa virtud. Si quiero aparecer como un profesor preocupado y cuando estoy delante de mis alumnos hago la finta de que me preocupo pero después me importan un pepino, ellos se darán cuenta.


Un tema muy importante es el de la mentira, la verdad y la falsedad. La mentira es decir lo que pienso con ánimo de engañar. Esto siempre implica un juicio. Si digo algo y lo comparo con la realidad, por ejemplo: “Hoy está lloviendo”. Eso es falso o verdadero. Pero, si lo hago con ánimo de engañar para sacar un beneficio propio, eso ya es mentir. ¿Dónde se erradica la mentira? A mi juicio es obviamente en la familia y en la escuela. Pero si un profesor miente, ¿cómo va a poner el énfasis en que la mentira es algo muy malo?


Antes de venir al Perú tuve contacto con un gran filósofo español, Leonardo Polo. Él me decía que una de las causas principales del subdesarrollo era la mentira. Al principio no lo entendí mucho. Pensaba: ¿qué tiene que ver un tema de virtud con un tema económico? Después ya lo entendí.


¿Sabías que el Perú es uno de los países que tiene más emprendedores per cápita? Sin embargo, no es un país que tenga muchas empresas de determinado tamaño. ¿Qué pasa? El emprendedor hace su negocio, de repente involucra a su familia, algún conocido y nadie más. ¿Por qué? Porque no me fío del otro. ¿Y por qué no me fío? Porque miente. Si te das cuenta, al elegir autoridades la gente sabe que hay candidatos mentirosos. ¿Qué hacen? Igual votan por ellos. ¿Por qué? Porque ellos también son mentirosos.


El otro gran tema, es hacer entender el verdadero significado de la solidaridad. Es decir, yo tengo que preocuparme realmente de los demás. Eso hay que hacerlo desde la escuela. Claro, ahora hay muchos programas de solidaridad donde hasta dan puntos por hacer una acción social. Está bien, pero es necesario que sea auténtico, que lo haga porque sé que realmente es importante ayudar a otros.


Es fundamental captar el sentido profundo de las cosas.


Y además, yo tengo que ser un líder. ¿Sabes definir qué es un líder?


Creo que es alguien que da el ejemplo y motiva a los demás.


Efectivamente. Un líder es una persona que los demás siguen. Pero pueden haber varias razones. Uno puede ser el tema económico: “Yo soy el jefe y tú eres un subordinado y te vienes conmigo a hacer esto” “¿Qué pasa si no voy?”. “Bueno, ya no te doy una gratificación a fin de mes”. Por tanto, hay motivos por los cuales yo sigo a alguien. También puede ser por miedo.


El verdadero liderazgo es el de aquel que los demás deciden seguir sin ningún tipo de motivación externa. Entonces, ¿por qué quiero seguir a este señor? Por dos razones.La primera: Es capaz. Si me está indicando tal cosa, significa que es una cosa buena. Segunda: Esta persona se preocupa por mí más que yo por mí mismo. Entonces, donde él me diga que vaya, yo voy. Para mí este es el verdadero liderazgo que se debe generar en la sociedad.


En el caso de los directores y coordinadores de los colegios, ¿cómo hacer sentir a sus alumnos ese verdadero liderazgo?


Yo creo que las cosas van de arriba a abajo. Pues si el director del colegio tiene una serie de virtudes específicas como de las que estamos hablando, será mucho más fácil que escoja gente con sus mismos valores. Pero si para el director no es importante decir siempre la verdad, escogeré a un colaborador que también sea medio mentiroso. Yo primero debo procurar ser un buen ciudadano para que los muchachos puedan captarlo.


Por otra parte, si soy director de un colegio de mil alumnos no podré llegar a todos, pero sí podré llegar al siguiente nivel y estos al siguiente nivel. O sea, yo podré llegar a los profesores y tutores, y ellos llegarán a los chicos.


Eso va de la mano con una buena gestión, ¿verdad?


El tema de la gestión es interesante. Pero, ¿qué es gestión? Primero, hablar de gestión implica ser una persona de acción, que actúa. Por ejemplo, si quieres ir a tu casa, ves las opciones que tienes, con quién puedes ir, cuánto te cuesta ir en taxi o en micro. Eso es gestión, actuar para resolver un problema. Es decir, algo desagradable que quiero eliminar o algo positivo que podría conseguir.


Si tú haces algo que no te sirve para resolver un problema, estás loco. Y eso pasa normalmente porque la gente actúa sin pensar. Pero, ¿qué es pensar? Una definición de Juan Antonio Pérez López, un gran profesor, era “pensar es aplicar conocimientos para resolver problemas reales”. Ahora en la educación se habla mucho de que hay que enseñar a la gente a pensar.


¿Y cómo enseñar a pensar?


Primero, como siempre, el profesor tiene que ir por delante. Si este no va por delante, ¿qué les va a explicar a los alumnos?


Y volvemos al inicio a la formación de los profesores en virtudes.


Es fundamental.


¿Cuál es su rol como miembro del Consejo Nacional de Educación?


Tengo que decirte que aún no lo sé muy bien. Cuando el Ministro me sugirió si quería formar parte, le dije: “Yo no soy experto en educación secundaria o primaria”. Pero me dijo: “No. Tú con el conocimiento que tienes de la vida aplica sentido común en lo que veas”. Para eso, primero he empezado a informarme más, sería iluso dar consejos sobre un tema que no manejo.


Entonces, he querido ser parte de dos comités, uno es el de educación rural. ¿Por qué educación rural? Porque conozco a gente que sabe mucho de educación rural y sé que puedo apoyarme en ellos y en sus orientaciones.


También, estoy en otro comité que tiene que ver con descentralización: cómo articular el gobierno central con el gobierno regional en temas de educación. Porque hoy tanto los profesores como los currículos,y en realidad todo depende del gobierno regional. ¿Y qué tiene que ver el gobierno central en cuanto a las políticas? ¿Cómo se pueden integrar? En eso también estamos empezando a trabajar.


El problema del Ministerio es que falta capacidad de gestión. Hay mucha gente experta, se han hecho muchas consultorías. ¿Para qué sirve todo eso? Me tendría que servir para actuar sobre los colegios y estos puedan mejorar. No es un tema de dinero porque cada vez que el Ministerio tiene más presupuesto, pero si es un problema de gestión.


¿Qué podemos hacer? Debemos formar a profesores en gestión. Si lo hacemos, ¿cuántos vamos a formar al año? Doscientos de veinte mil profesores. En 50 años ya se habrá formado la gente. Pero si este es el problema en la sociedad ¿qué otras instituciones tienen capacidad de gestión? La empresa. Entonces vamos a hacer que los empresarios se preocupen de colegios de su entorno y ayuden a que mejore la gestión de ese colegio.


La pregunta es ¿el empresario lo quiere hacer? La respuesta es no. ¿Por qué? Porque le va a costar dinero. Seguramente, si quiere ayudar a un determinado colegio, tendrá que poner gente para que fortalezca las capacidades del director. Eso cuesta ¿y qué beneficio inmediato tiene? Ninguno.


Entonces, ¿por qué ese dinero no lo puede deducir de impuestos?¿Cuál es la solución para animar al empresario? Que no le cueste. ¿Cómo se puede hacer eso? Mediante un acuerdo para que no pague impuestos según la cantidad que va a aportar a ese colegio. Hay varios casos en los que el problema es un tema de gestión y allí yo puedo aportar algo.

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* Todos los artículos pasarán por evaluación y aprobación previa del Consejo de Antesala.

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