Excelencia académica e intercambio cultural

Desde Bolivia, Cecilia Ugalde nos cuenta su experiencia en el Modelo Cenit.

Mi nombre es Cecilia Ugalde de Gutiérrez y ocupo el cargo de directora general del Colegio Horizontes, ubicado en La Paz, Bolivia. Quisiera compartir contigo la maravillosa experiencia de encuentro en el Modelo Cenit, donde se unieron la excelencia académica y el intercambio cultural. Este evento no solo benefició a nuestras alumnas en el desarrollo de su liderazgo, sino que también les permitió reconocer que las barreras culturales no existen entre sus pares. Todos buscamos generar un impacto en nuestro entorno y alcanzar ideales elevados, siempre y cuando seamos capaces de reconocer y desarrollar habilidades de intercambio.

Para mí, este encuentro brindó una visión panorámica de la realidad estudiantil, donde pude apreciar tanto los aspectos positivos como los desafíos. Observé cómo los estudiantes se esforzaron por adquirir y profundizar conocimientos en sus diversos trabajos y presentaciones.

Como docentes, reafirmamos las luces y sombras que se presentan en el ámbito educativo, pero también encontramos la motivación para conocer, asumir y gestionar todo aquello que anhelamos y deseamos para la educación. Buscamos que nuestros alumnos desarrollen el deseo de conocer la verdad, no solo en su entorno cercano, sino en todo el mundo. Durante este encuentro, lograron descubrir y reconocer las verdades que consideran propias, en sus compañeros, lo cual nos acerca un paso más a la libertad.

El intercambio cultural, además de motivar a los alumnos a reconocer y fortalecer su identidad, los hizo valorar la diversidad de los demás. Esto quedó evidenciado en las demostraciones de bailes típicos de cada país, donde cada participante buscaba destacar lo mejor de su cultura. Asimismo, se fomentó el compañerismo y el respeto mutuo.

Recuerdo especialmente un momento emocionante durante el último día del encuentro: una de nuestras alumnas tuvo un percance con el cierre de su bota del traje típico, pero eso no fue un obstáculo para ella. A pesar de la dificultad, logró dar a conocer su cultura a los demás participantes y se convirtió en un ejemplo de valentía para todas nosotras.

Quiero decirte que esta experiencia realmente valió la pena. Fue un evento enriquecedor que permitió a nuestras alumnas crecer, aprender y valorar la importancia del intercambio cultural.