Eleonora Días Chiappe, Traductora e Intérprete, Cambridge speaking examiner (de YLEs a CPE), Magíster en Teorías y Prácticas Educativas y Subdirectora de Inglés y Asuntos Internacionales del Colegio Santa Margarita, nos comparte una importante visión de las ventajas de aprender idiomas en el crecimiento personal de los alumnos.
Fuente: Colegio Santa Margarita
Reflexionar sobre la importancia de aprender idiomas en la actualidad, podría considerarse redundante debido a que es una verdad que todos conocemos y vivimos. En efecto, se ha hablado mucho de su utilidad práctica, pero quizá nos falte ahondar un poco respecto a lo que ello realmente aporta al desarrollo integral de las personas.
En este mundo globalizado y cada vez más competitivo, sabemos que es una necesidad - y hasta un deber – aprender un idioma. Para citar un caso, en cuanto al área profesional, es un requisito saber uno o más idiomas, además de la lengua materna; y no solamente me refiero al inglés, sino a cualquier otro. Por ello, mientras más idiomas “hablemos”, estaremos en mejores condiciones para comunicarnos con más personas, conseguir un trabajo o ser promovidos en el que ya nos desempeñamos. Sin embargo, no solamente se trata de poder expresarse oralmente en un idioma extranjero o en una segunda lengua, sino de desarrollar las capacidades de comprender lo que escuchamos, redactar y leer comprensivamente textos escritos en ella. Esto, además de conocer la gramática del idioma y tener la capacidad de utilizar el vocabulario apropiado según determinadas situaciones.
Estar bien preparados en este aspecto, es una tarea que debe ser constante, en la que pongamos nuestra inteligencia y voluntad en juego. Definitivamente empezar a una edad temprana es más recomendable por cuanto, sin intención de ahondar en la neurociencia, el cerebro es más “plástico”. Los niños son como esponjitas que absorben aprendizajes diversos. Esto está relacionado con las ventanas de oportunidad, es decir, etapas en la vida en las que se tiene más facilidad para adquirir ciertos aprendizajes. No obstante, la buena noticia es que, una vez pasado este periodo, sí se puede alcanzar determinada capacidad, pero desplegando mayor esfuerzo y voluntad. El aprendizaje de idiomas no es ajeno a esta realidad. El esfuerzo, necesario cuando uno se inicia en esta tarea siendo adulto, no debe verse opacado o truncado por el miedo a cometer errores, desear tener una pronunciación perfecta o querer traducirlo todo a la lengua materna. Recordemos que se aprende gracias a los errores que cometemos, que nadie es perfecto y que cada idioma funciona de manera diferente.
Si hablamos de la importancia de los idiomas en la vida profesional, debemos mencionar que definitivamente también juegan un papel vital en los estudios, ya sea en primaria, secundaria o en la educación superior. En este sentido, podemos mencionar su utilidad al momento de rendir exámenes internacionales que acrediten el nivel logrado, la posibilidad de estudiar en otro país, acceder a becas u obtener grados académicos, para lo cual es una exigencia saber otro idioma. Sin embargo, es necesario tener en cuenta que, si el idioma adquirido no se usa, el dominio se va perdiendo con el tiempo. Esto suele suceder cuando, habiendo aprendido un segundo idioma en el colegio, la persona no pone de su parte para seguir cultivando este logro tan importante y útil al culminar la etapa escolar, por citar un caso. Es por ello necesario seguir leyendo libros o artículos en el idioma extranjero, utilizar el idioma para entretenerse - por ejemplo, a través de películas, canciones, videojuegos o uso de internet -, así como aprovecharlo como medio para adquirir nuevos conocimientos y aprendizajes y en general, mantener contacto con el idioma y la cultura de la cual proviene.
Lo comentado anteriormente tiene relación con el hecho de que una lengua no solo se estudia o aprende, sino que también se adquiere. Según el Dr Stephen D. Krashen y sus diversas hipótesis sobre la adquisición de una segunda lengua, su aprendizaje consciente se apoya en la comprensión de reglas explícitas y la corrección de errores, entre otros factores. La adquisición, por otro lado, se relaciona más con la exposición e interacción natural y comunicativa con la lengua en cuestión. Independientemente de la consideración de que una u otra forma sea más satisfactoria o exitosa, es un hecho que, si la fluidez y la precisión son necesarias para demostrar una competencia interesante en el uso de la lengua, de igual forma será importante conocer y emplear las reglas gramaticales pero además recibir input o estar expuestos a la lengua que se desea aprender y utilizar. En ambos casos, no hay mejor medio que la lectura, por cuanto ayuda a fijar vocabulario y estructuras en la memoria y, además, la persona está inmersa en la historia o el tema y esto la lleva a adquirir el idioma de una manera natural y sin proponérselo.
Pero, volviendo a la utilidad práctica de conocer otros idiomas además del propio, ya sea en la vida profesional o en los estudios, cabe preguntarse: “¿Son éstas las únicas ventajas?”
Como último beneficio, y no por ello menos importante, diversos estudios señalan que el aprendizaje de lenguas es un aliado poderoso en la salud del cerebro y el desarrollo de habilidades cognitivas (Bialystok, Freedman, Gold, entre otros). Esta actividad propicia la creación de nuevas conexiones neuronales o el fortalecimiento de las ya existentes, lo cual, a su vez, promueve la adquisición de nuevos aprendizajes, el desarrollo de la memoria, la resolución de problemas, la toma de decisiones, la concentración, el procesamiento de la información, la creatividad e incluso un menor riesgo de sufrir enfermedades neurodegenerativas.
Finalmente, quisiera destacar la importancia de la voluntad en el aprendizaje o la adquisición de idiomas, así como en la continuidad de esta tarea a través del tiempo. La automotivación es fundamental por cuanto impulsa a la persona a querer conseguir el conocimiento. Este querer – voluntad – se alimentará de lo que la inteligencia le muestre como bueno y necesario, ya sea para el trabajo, los estudios, la diversión, el turismo, la comunicación con personas de otros entornos, la agilidad mental, o por el simple hecho de disfrutar aprendiendo. No a todos nos gusta hacerlo, pero, sea cual fuere el motivo, es una tarea necesaria, independientemente de la edad de quien la realiza.
Comments